Un terremoto de magnitud 7,1 azotó el lunes una región remota del Océano Pacífico, pero no pareció desatar un tsunami.
El sismo ocurrió cerca de las islas Kermadec, a unos 900 kilómetros (560 millas) al noreste de la Isla Norte de Nueva Zelanda y a una profundidad de 49 kilómetros (30 millas), indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos.
El Centro de Advertencias de Tsunamis del Pacífico señaló que el terremoto no representaba una amenaza para Hawai ni alguna otra zona del Pacífico. Una posibilidad de tsunami en el área pasó sin que se registrara un impacto confirmado.
La Agencia Nacional para el Manejo de Emergencias de Nueva Zelanda señaló que evaluaba si el sismo podría afectar a ese país, pero de todas formas emitió su recomendación estándar de que la población se alejara de las zonas costeras si percibía un terremoto fuerte o prolongado.
Las islas Kermadec están deshabitadas salvo por la isla de Raoul, donde científicos neozelandeses pernoctan ocasionalmente para realizar observaciones meteorológicas o trabajo de control de maleza.
Las islas son escenario de frecuentes terremotos. Se formaron geológicamente a partir de una cordillera que surgió por la colisión de las placas tectónicas del Pacífico y Australia.